Foro MEDICINA TRADICIONAL Y HERBOLARIA EN MÉXICO Y AMERICA LATINA
Notas del Foro Medicina Tradicional y salud intercultural en México y América Latina. Potencialidades y retos para el siglo XXI. 17 y 18 de noviembre, 2023.
Este foro se llevó a cabo desde Hermosillo, Sonora, los días 17 y 18 de noviembre, 2023, con financiamiento del evento anual del Centro de Estudios y Salud y Sociedad del COLSON, organizado como culminación de los trabajos del Diplomado en Etnobotánica y Salud Intercultural recién culminado, con la presencia de los egresados y de público en general, con 130 participantes en total, incluyendo quienes se vincularon de forma virtual. Desde su convocatoria, se propuso como la apertura de un espacio de análisis y seguimiento en torno a la práctica actual de la medicina tradicional y la herbolaria, con conferencias idóneas y presentación de experiencias nacionales e internacionales, contando con muy valiosas participaciones, posicionando diversos temas relacionados, incluyendo los problemas asociados a la práctica de la herbolaria y la medicina tradicional, así como limitaciones y logros en la implementación de políticas interculturales en salud. Estos elementos se destacaron en la bienvenida, a cargo del rector de El Colegio de Sonora, José Luis Moreno y de Armando Haro, profesor-investigador coordinador del proyecto MTHNOmex en la misma institución.
La conferencia inaugural, a cargo del Dr. Carlos Viesca Treviño, del Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina en la UNAM, destacó el potencial desaprovechado de la herbolaria mexicana, dando cuenta de notables iniciativas desarrolladas desde tiempos precoloniales, recogidas por diferentes cronistas europeos y mexicanos, con una farmacopea de no menos de 200 plantas medicinales reportadas en recetarios locales, como los de Martin de la Cruz o el de los médicos informantes de Bernardino de Sahagún. Sin embargo, la farmacopea indígena en el siglo XVI se elevaba a poco más de 3,000 plantas medicinales y hasta 4,000 si se integran alimenticias y ornamentales, como se denotaba en los jardines botánicos prehispánicos, muy desarrollados. Mencionó aportes posteriores de exploradores botánicos, médicos clínicos, fisiólogos y fitoquímicos, involucrados en la investigación de plantas medicinales en diversos nichos históricos, destacando hitos internacionales y nacionales, como el Instituto Médico Nacional, que funcionó a fines del siglo XIX y comienzos del XX, cuando pasó esta tarea a diversas universidades. Los esfuerzos efectuados durante el gobierno de Luis Echeverría fueron glosados especialmente en la historia del efímero IMEPLAN y su sucesor, la unidad de investigación del IMSS en Xochitepec, Morelos, que incluyó la organización de un importante herbario medicinal nacional, actualmente situado en el Centro Médico Nacional del IMSS en CDMX. El interés por usar las plantas en atención primaria a la salud fue glosado en su conferencia, donde también se señalaron las amenazas percibidas de parte de la IFQ. Señaló asimismo el abandono en que ha trabajado la subdirección de medicina tradicional y salud intercultural creada en 2003 en la SSa.
El Panel Experiencias latinoamericanas de interculturalidad en salud fue coordinado por Alfredo Paulo Maya, de la Facultad de Medicina de la UNAM, quien abrió la presentación disertando sobre las manipulaciones que ha tenido en América Latina el concepto de interculturalidad, usado para ocultar la falta de acceso a servicios médicos y el escaso financiamiento asignado a la salud, especialmente preventiva, pues persiste, pese a los esfuerzos legislativos por cambiar las cosas, una visión centralista y medicalizada, que no admite otras formas de conocimiento en materia médica. Susana Ramírez Hita expuso elementos diagnósticos sobre la implementación de directivas interculturales en Bolivia, donde vivió varios años y publicó varios textos sobre la situación, así como en Perú, donde reside desde hace 10 años, dando cuenta de las contradicciones que presentan las iniciativas interculturales en sitios como la Amazonía, donde el expolio ecológico y la contaminación merman las posibilidades de acceder a una vida digna y saludable. A pesar de significativos avances en ambos países, como el reconocimiento de la medicina tradicional, en la práctica su incorporación se traduce a su subordinación para una mejor aceptación de la biomedicina, donde se emplea como un pretexto para lograr metas del sistema de salud de una forma coercitiva, como es condicionar servicios y beneficios. Para ella, la interculturalidad, al igual que el concepto de desarrollo, deberían abandonarse para dar paso a nuevos conceptos. Por ejemplo, “negociación” en vez de “diálogo de saberes”, aceptando que existen diferencias significativas entre las medicinas tradicionales y la medicina oficial. Hay que reconocer que las empresas que están acabando con los territorios son las mismas que impulsan la agricultura y la alimentación industrializadas.
Jaime Ibacache Burgos, de ALAMES Chile y la Red Salud Colectiva del Archipiélago de Chiloe, nos presentó su visión, que nombró “navegando el sentido común”. incluyendo su experiencia en el Hospital Traiguen de la Araucanía, donde había fuerte presencia de la medicina mapuche, haciendo intentos de integración en la década de 1980. En 1999, el hospital Makewe abrió sus puertas, administrado desde entonces por mapuches, en coincidencia con iniciativas impulsadas desde el Ministerio de Salud de Chile, aunque de forma independiente. Señaló cómo el neoliberalismo impuso un tipo de atención primaria a la salud medicalizada y bioquimizada, preocupada por la producción y el consumo de fármacos y servicios de salud rentables, lo cual afecta a los modelos interculturales implementados, pues la deforestación y contaminación hacen muy difícil continuar con las prácticas tradicionales, medicinales y alimentarias, con incremento de la pobreza y la dependencia del mercado. Ya casi no quedan árboles nativos en los Grandes Lagos ni en las 52 islas de Chiloé, donde tampoco existen buenos servicios de la medicina alopática. Existen diversos esfuerzos de recuperación de los saberes tradicionales que testimonian que hay esperanza en cambiar esta situación mediante un diálogo intercultural muy necesario. Dado que nuestra invitada de Venezuela, Noly Coromoto Fernández, de la Universidad de Ciencias de la Salud HCF Nucleo Zulia, no pudo unirse a este diálogo, Alfredo Paulo presentó distintas experiencias latinoamericanas que ha visitado en el sur del continente, destacando avances en la implementación de la interculturalidad en salud, pero también los usos tramposos, con muy variadas formas que ha encontrado en lo que significa y como se aplica. Basta elaborar un discurso disfrazado de intercultural para conseguir dinero u obtener becas académicas, pero también forma parte de las resistencias de los pueblos. Las políticas implementadas ocultan el extractivismo del territorio a los pueblos indígenas. Y el despojar del territorio que pone en juego la vida. Prueba de ello es que se sigue pensando en la medicina tradicional solamente en términos de registro etnobotánico, principios activos o de jardines etnobiológicos, esterilizando lo relativo al territorio de sus connotaciones políticas y soslayando las distintas epistemes de la vida comunitaria.
En el Panel Incidencia en salud comunitaria desde la interculturalidad, coordinado por el Dr. Pablo Reyes, director del CESS en El Colegio de Sonora (COLSON), tres invitados de distintos niveles de gobierno presentaron planes y programas dirigidos a aplicar perspectivas interculturales en instituciones de salud. El Panel Incidencia en salud comunitaria desde la interculturalidad dio inicio con la participación del Mtro. Edilberto Hernández Cárdenas, médico cirujano originario del pueblo Triqui de Oaxaca. Destaca el compromiso con la salud de los pueblos originarios, los derechos humanos y la justicia social. Su experiencia laboral ha sido con población indígena migrante en el primer nivel de atención, población indígena proveniente de los diferentes estados del sureste mexicano y de países sudamericanos que buscan cruzar la frontera México-Estados Unidos. En representación de la Coordinación de Acción Comunitaria, abordó el tema de los Servicios de Salud IMSS-Bienestar haciendo referencia al Modelo de Atención a la Salud para el Bienestar (MAS-Bienestar). Un modelo con enfoque comunitario para los tres niveles de atención, que busca garantizar la salud de la población sin seguridad social, como la población originaria de filiación étnica, migrante, vulnerable y habitante de territorios rurales y urbanas. El MAS-Bienestar parte de una experiencia de más de 40 años del Programa IMSS-BIENESTAR, en donde se busca la participación colectiva y comunitaria de los grupos étnicos y el aprovechamiento de los recursos institucionales con los que se cuentan. Considera que para mejorar las condiciones de salud de la población indígena y migrante implica cambiar, innovar y/o fortalecer dichos programas de gobierno, además de que se requiere de servicios de salud culturalmente competentes en sus tres niveles. Así pues, las intervenciones interculturales en salud son elementos claves para mejorar la calidad y la equidad en la atención, en donde también se implementará la estrategia Vigilancia Epidemiológica Simplificada para detonar un diagnóstico propio entre los pueblos originarios de Sonora y del resto del país, actividades que se están organizando junto con las comunidades.
Desde la experiencia del sur astral en Chile, el Mtro. Andrés Cuyul Soto actualmente ostenta el cargo de Secretario Regional Ministerial de la Araucanía, centro sur de Chile. Tiene una trayectoria como licenciado en Trabajo Social con énfasis en desarrollo rural, una maestría en Salud Pública por la Universidad de Buenos Aires y es candidato a doctorado en Ciencias en Salud Colectiva por la Universidad Autónoma Metropolitana en México. Es considerado especialista en salud pública indígena, puesto que entre otros encargos ha asesorado al Hospital Mapuche e intercultural de Maquehue, desde una perspectiva autonomista. Reconoce a las diversas comunidades, organizaciones y autoridades tradicionales que han impulsado la Convención Constitucional denominada Reconocimiento de sistemas de salud de los pueblos indígenas y sus sistemas locales de salud autogestionados, en donde solicitan al estado que reconozca la existencia de los sistemas de salud propios de los pueblos originarios que hoy día coexisten en Chile, pues éstos son preexistentes al sistema biomédico oficial. Además de las críticas existentes sobre la burocratización, despojo del territorio y la clinicalización de la salud, en donde los espacios estatales de medicina indígena reformada sólo aceptan una parte de la medicina tradicional, la cual es despojada de la simbolización general de dicha tradición. Impulsando así una relacionalidad con la pertinencia cultural desde relaciones interculturales en salud, sin obviar las relaciones de poder y reconociendo en las comunidades de pueblos originarios existen sistemas médicos que se desarrollan a nivel preventivo, promocional, curativo y de rehabilitación. Ahondó también en las dimensiones estratégicas gubernamentales del 2022–2026 que se tratan de implementar y transversalizarse, a saber: cercanía a los territorios, articulación intersectorial, pertinencia sociocultural, enfoque de equidad territorial, gestión participativa y gobernanza en salud.
Finalmente, el Dr. Jorge Laureano Eugenio como representante de la Secretaría de Salud en el estado de Sonora, en su calidad de Director de Promoción de la Salud y Prevención de Enfermedades, con una formación en enfermería, especialidades y posgrados vinculados a las ciencias de la salud y administración y políticas públicas, así como en promoción de la salud. Compartió la mirada actual desde el marco de la transformación del sistema de salud en México y los cambios a la Ley de Salud. Situó su experiencia desde la institucionalidad misma, refiriendo los retos para vincular los saberes populares, la medicina tradicional y los actores locales y sus territorios, en enlace con el modelo de salud colectiva MAS-Bienestar. En donde se visualizan los aspectos de estructura, atribución y recursos, además de las necesidades de cambio al interior de las instituciones y en colectividad con la población. Reflexionó sobre la inversión pública en atención médica que es alrededor del 75% sobre acciones de promoción y prevención a la salud y sobre la importancia de aprender y dialogar de otra manera en los territorios. Destacando así que el objetivo central del Servicio Nacional de Salud Pública es desarrollar una estrategia de renovación que permita articular de mejor manera las actividades, programas y acciones de respuesta, vigilancia e incidencia en los determinantes sociales de la salud y valorar los activos y saberes del territorio para su gestión. Por lo que invitó a participar en las mesas de trabajo que recién se implementan en los distritos de salud para identificar las brechas de salud colectiva.
El programa del viernes terminó con la presentación de un audiovisual por parte de Víctor Eduardo Téllez: Precursores y pioneros en la etnobotánica al noroeste (Sala Lían Karp), la Exposición fotográfica Juya ania (Edith Cota) y una taquiza regional (rajas con crema, carne con chile, deshebrada, nopales, etcétera). Agua fresca de fruta (guayaba con piña).
El sábado 18 comenzó con la conferencia Legislación y regulación de la herbolaria y la medicina tradicional del Dr. Roberto Campos Navarro (Facultad de Medicina UNAM), reconocido experto en antropología médica, interculturalidad y síndromes de filiación cultural. Comenzó mencionando los fundamentos normativos de nivel internacional y de los tres niveles de gobierno que garantizan el acceso a los servicios médicos como derecho universal, así como los derechos indígenas que justifican el reconocimiento y la práctica de su medicina tradicional, reconocidos en la Constitución y sus leyes derivadas, como la Ley General de Salud (Artículos 6, 93) e incluso en la Ley de Derechos Indígenas vigente en Sonora (2010), incorporando lo que describe el Artículo 25 del Convenio 169 de la OIT. A pesar de estos avances, comentó que persisten numerosas ambigüedades e indefiniciones en la implementación de las políticas de salud, como es el caso del trato a las parteras tradicionales, quienes tienen prohibido atender partos y han sido usadas para control prenatal y planificación familiar. Señala también las enormes limitaciones en la regulación de las plantas medicinales, tanto desde el punto de vista forestal y ecológico hasta el fitofarmacológico, como lo denota la 3era. Edición de la Farmacopea Herbolaria de los EUM (FEUM 2021), que incluye muy escasas especies, la mayoría de las cuales son de origen foráneo. En la confección de la NOM248SSAI-2011, relativa a las plantas medicinales, no se incluyó ningún médico tradicional, y, como se señaló desde el público, hay varias plantas que se encuentran en peligro de extinción por la falta de regulación. Señaló que, aunque en el gobierno de la 4T se están impulsando proyectos de investigación en medicina tradicional, fitoterapia y partería, así como jardines etnobiológicos, desde CONAHCyT, no se conoce todavía cual va a ser la política concreta ni las estrategias que se van a propiciar desde las instancias responsables, como el IMSS-Bienestar y el INPI, aun cuando distintas dependencias gubernamentales, universidades e instancias sociales, incluyen entre sus programas distintas iniciativas concurrentes.
Dentro del espacio de preguntas y respuestas Simona Aldama partera y sobadora de la etnia yoreme, aseveró que desde su experiencia mientras se continúe excluyendo a los médicos tradicionales quienes son los responsables de mantener, preservar y cuidar la medicina tradicional y la salud comunitaria en las comunidades de las mesas de trabajo a las que está convocando la Secretaría de Salud de Sonora, y solo consulten a líderes comunitarios y presidentes municipales que hasta el momento solo ha contado con presencia de presidentes municipales y líderes comunitarios, difícilmente se podrá avanzar, “ningún programa ni ninguna institución mientras nosotros no seamos quienes directamente estemos allí.” A su vez en opinión de Teresita Álvarez con experiencia en el sector salud, durante la implementación del programa IMSS-Coplamar en la década de los 80´s, expone que se están repitiendo los mismos patrones, involucrando a personas (políticos partidistas) que no comprenden la situación de las comunidades y se está dejando de interactuar con los compañeros indígenas médicos, parteras, enfermeras, a quienes están marginando.
Tuvimos la oportunidad de admirar el video “Herbolaria y medicina tradicional mexicana” (1977), con comentarios de Scott Robinson, autor de este, por encargo del IMPEPLAN, donde participan como actores Xavier Lozoya, Carlos Zolla, Arturo Enríquez, Miguel Ángel Martínez, Abigail Aguilar y el mismo Dr. Viesca. La premisa del documental buscaba hacer visible el potencial del estudio e investigación de las propiedades curativas de las plantas medicinales en el contexto moderno mexicano, con una base científica y social aplicada al campo de la salud desde la perspectiva de la medicina tradicional herbolaria, destacó Robinson Sakara.
En la actualidad sigue habiendo una gran imprecisión y ambigüedad respecto a estas problemáticas, inclusive con la voluntad de avanzar hacia este camino, no es una voluntad realmente fuerte desde estos sectores señalados. Para el Dr. Roberto Campos este sería uno de los grandes aportes en este diplomado: mediante el posicionamiento de experiencias que hasta entonces se desconocían, el reconocimiento de la dimensión jurídica y legal de los derechos de los pueblos indígenas originarios. Lo que sugiere: se trata de tomar posición de los derechos y del empoderamiento de la medicina tradicional herbolaria. El testimonio de Scott Robinson Sakara, evidenció la complejidad del contexto político mexicano en la que se fundan las bases de este campo de estudios e investigación, enfatizando en tres puntos conflictivos claves en la transición hacia su reconocimiento como práctica válida dentro del campo de la salud a partir de la segunda mitad de la década de los setentas.
Desde ahí, entender el tema de la práctica en la medicina tradicional herbolaria como un campo de estudios e investigación, resultado de una serie de procesos históricos coyunturales claves del proceso evolutivo del ámbito de la salud en México, que visibiliza su configuración como un espacio de tensiones inmerso en una serie de pugnas, confrontaciones, disputas y luchas de poder, así como de resistencias por su control. Finalmente, señalar que se trata de una producción documental de 17 minutos de duración, realizada por encargo del Presidente de México Luis Echeverría Álvarez, al Dr. Javier Lozoya, director y fundador del IMEPLAM (Instituto Mexicano para el Estudio de las Plantas Medicinales, 1977). Coyuntura inédita que se presenta como un proyecto innovador que allana e instala las bases del camino para ir en esta dirección, exponía el Dr. Carlos Viesca.
En la Mesa redonda Experiencias de desarrollo de la medicina tradicional en México se tuvo la participación de tres referentes de aprendizaje e incidencia local en diversas comunidades en el estado de Morelos; en el Totonacapan, Veracruz; y con colectividades de matiz étnico y popular en el estado de Oaxaca. El Dr. Paul Hersch, médico y antropólogo, quien coordina el área de Antropología médica y Etnobotánica en el centro regional Morelos del Instituto Nacional de Antropología e Historia y curador del Museo de Medicina Tradicional y Herbolaria, compartió su experiencia de más de treinta años en la implementación de su Programa Actores Sociales de la Flora Medicinal en México, refirió que la figura de las plantas medicinales va más allá de ser organismos vivos, pues son marcadores socioculturales que remiten a diversas realidades, como son las estrategias de sobrevivencia de las poblaciones, la respuesta sociocultural ante la salud y enfermedad, a su dimensión económica, potencial terapéutico y a una variedad de actores y escenarios sociales, que se enmarcan en la gran diversidad biocultural del país. El Programa ASFM se ha focalizado en estudiar y desarrollar, de forma participativa y en comunidades rurales, temas como la medicina doméstica y la autoatención, por parte de mujeres o gestoras domésticas; la práctica de curanderos y parteras, recolectores y acopiadores locales y regionales. Los usos de la herbolaria y fitoterapia por parte de médicos, farmacéuticos e investigadores, incluyendo los reguladores sanitarios, con énfasis en los productos herbolarios. Acotó que las experiencias aplicativas significativas son las que proceden de la práctica social, en el caso de ASFM, en Copalillo, Temalac y Acatlán en Guerrero, Ixhuatlán del Café y Medellín en Veracruz, Tepextla en Oaxaca; Chimalacatlán, Cuentepec, Chiamilpa, Unidad Morelos y otras en Morelos.
En la segunda participación, Carolina Sánchez, directora del Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad (PUIC), adscrito a la Universidad Nacional Autónoma de México y Roberto Campos Navarro, médico familiar y antropólogo, ahondaron sobre la experiencia colectiva en la coordinación e implementación del primer Diplomado sobre Medicina Tradicional, en la Escuela de Medicina Tradicional Totonaca: Pukgaltawakga Likuchu, por solicitud de la propia comunidad totonaca de Papantla, en Veracruz, como resultado de una reflexión colectiva interna en el Totonacapan para recuperar sus tradiciones, entre ellas las referentes a su medicina tradicional, que incluye conocimientos de parteras, yerberos, rezanderos, temazcaleros y sobadores, entre otros, así como de los abuelos del Kantiyán -figura más sabia de la cultura Totonaca-, cuyo eje de curación se relaciona directamente con la representación de la vida en el plano simbólico a través de los cuatro elementos. Compartieron algunos elementos de la recuperación y sistematización de saberes y conocimientos, así como la currícula y la práctica docente, diseñada, en su mayoría, por terapeutas totonacas, en el Parque-Escuela de la medicina tradicional del Centro de las Artes Indígenas, en vinculación con otros centros académicos como la Universidad Veracruzana. Llama la atención la incorporación de técnicas de sanación procedentes de otras tradiciones médicas, a petición de los médicos tradicionales.
Finalmente, la Dra. Silvia Díez-Urdanivia como investigadora en Ciencias Médicas, del Departamento de Estudios Experimentales y Rurales, de la Dirección de Nutrición, en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, Ciudad de México, compartió la experiencia que se ha implementado desde el Centro de Capacitación Integral para Promotores Comunitarios (CECIPROC), a la memoria del Dr. Alberto Ysunza Ogazón. El Programa ha tenido como objetivo crear un modelo de capacitación en investigación-acción-participativa para promotores comunitarios indígenas, mestizos y afromexicanos en Oaxaca, reconociendo su diversidad ecológica y cultural, pues es el estado que cuenta con el 50% de la diversidad florística del país, además del 34% de la representación de los grupos étnicos de México, es decir, 18 de las 62 etnias habitan ahí. Las áreas de trabajo que se han desarrollado y potenciado son: salud comunitaria, nutrición, ecología, etnobotánica, educación y organización comunitaria y proyectos de desarrollo comunitario en más de treinta años de experiencia. Asimismo, se tiene el registro de más de 430 plantas medicinales, que pertenecen a 84 familias y 235 especies; 200 registro de plantas comestibles, contenidos en 34 familias, 70 especias. Lo que sin duda refleja el enfoque transdisciplinar y transversal que ha trascendido paradigmas.
En el Panel Rumbos y porvenir de la medicina tradicional en nuestras comunidades, coordinado por Elisa Cruz Rueda (UNACH) y Ramón Martínez Coria (Foro para el Desarrollo Sustentable). El Proyecto MTHNomex, Jesús Armando Haro, Rosangela Rojas y Ana Luz Rascón presentaron avances del proyecto, incluyendo la colaboración con FEUM-COFEPRIS para la herbolaria yaqui y lo logrado con el primer diplomado, señalando que parte de esta experiencia derivó en varias propuestas para 2024 y en un esbozo de Lineamientos para el abordaje de trabajos de investigación en etnobotánica y desarrollo de la medicina tradicional, que incluye asuntos para los cuales diseñamos este foro.
Varios participantes alumnos de nuestro diplomado tomaron la palabra en esta sección. Bertha Alicia Quintero Brasil, de la nación yoreme-mayo, a nombre de los alumnos de los cuatro pueblos originarios participantes en el diplomado, dio lectura a un pronunciamiento donde se menciona la importancia que tiene el respeto a la medicina tradicional y a los derechos indígenas. Declaró que hay que poner fin a las divisiones y fragmentaciones, entre pueblos y entre formas distintas de conocimiento. Es importante avanzar del reconocimiento folklórico de lo indígena a la participación honesta y efectiva de los médicos tradicionales en el diseño de los modelos o sistemas de salud, aceptando las formas indígenas de curar como derechos y también como recursos valiosos para la salud, que requieren de apoyo y desarrollo, incluyendo la capacitación y la investigación, pues “queremos seguir compartiendo y aprendiendo”.
Así lo refrendó Tomasa Amarillas, curandera y profesora de la tribu yaqui, quien refirió como las curaciones implican un aspecto espiritual que está presente en un don que se recibe y que se puede percibir en otros que lo poseen, aludiendo quizás a una curación simbólica para el empacho realizada un día antes por el doctor Roberto Campos en nuestro diplomado. Simona Aldama, yoreme-mayo de la comunidad de Buaysiacobe propuso integrar al pronunciamiento señalado a los hermanos migrantes de otros pueblos originarios, que se suman a las ocho tribus del estado, pues refirió que también han batallado como ellas(os), que son uno, y que todas(os) están en la misma lucha. Bibiana Ramírez Martínez versó su palabra acerca de las similitudes de la medicina del pueblo triqui, al que pertenece. Ella vive en Miguel Alemán, cerca de Hermosillo, Sonora, donde existe un importante colectivo de migrantes indígenas y mestizos que laboran en los campos agrícolas de la Costa. Maximiana Buitimea, guarijía, residente en la comunidad de Los Estrados, señala que el aprendizaje permite ganar conocimientos para defender los derechos y mejorar el modo de andar por la vida, pues se batalla mucho en las comunidades.
Finalmente, Elisa Cruz Rueda y Ramón Martínez Coria desde sus aportes continuados desde el último curso del Diplomado sobre la situación de los derechos humanos y sus múltiples dimensiones, así como los instrumentos jurídicos para la defensa de los mismos, impulsaron una reflexión colectiva sobre el hacer valer los elementos signados por el país en tratados, convenios y distintas normativas que aplican para los pueblos originarios, vinculados con sus territorios y medicina tradicional, principalmente. Siendo una parte fundamental el erradicar las desigualdades estructurales.
En el Panel Incidencia en salud comunitaria. Retos del porvenir en México y América Latina, David Werner, fundador de HealthWrights, nos ofreció una conferencia autobiográfica acerca de cómo comenzó a interesarse en la salud rural comunitaria, después de estudiar biología en Australia. Durante un viaje a Mazatlán conoció la Sierra Madre, advirtiendo que para la gente todas las plantas tienen propiedades curativas, con claves que una persona perceptiva puede descifrar, como sucede con numerosos remedios vegetales y animales. Las similitudes morfológicas son usadas por los campesinos con fines curativos, a la vez que distintas maniobras que también emplean en muy distintas condiciones. A la víbora la consideran un “botiquín rastrero”, debido a su uso como panacea. Describió la génesis del proyecto Piaxtla que dio origen al conocido libro Donde no hay doctor y a otros libros que actualmente se encuentran disponibles de manera gratuita en varios idiomas. Una particularidad de su enfoque es la integración práctica de recursos terapéuticos y preventivos procedentes tanto de la medicina tradicional como de la biomedicina, así como su enfoque colectivo, en lenguaje sencillo y con numerosas ilustraciones, con una perspectiva basada en el empoderamiento, la autogestión y la organización comunitaria. Por este motivo, el libro ha sido proscrito en algunos sitios, aunque ha sido profusamente diseminado y traducido a más de 100 idiomas en el mundo. También contamos con la participación de Jean Esther Langdon (USC, Brasil), revisó perspectivas actuales de la interculturalidad en salud comunitaria y políticas públicas. Habló sobre su experiencia en Brasil y que ha dejado de ser bandera la interculturalidad para poner énfasis en la atención diferenciada, ya que los indígenas brasileños asumen la salud biomédica como un derecho, hagan uso o no de los medicamentos, como es el caso de las personas que participan en un programa de diabetes. En aquel país la situación es bastante complicada por dos razones: la relación con el territorio, la mayor parte de los indígenas brasileños, no tienen territorio ni métodos de subsistencia; aunque por otro lado los indígenas están participando bastante, como lo fue en el caso de COVID que fue muy interesante en Mato Grosso Sur, que era un estado en que fue negado totalmente, los servicios fueron destruidos por Bolsonaro y los indígenas, sobre todo, los consejeros de salud y los agentes indígenas de salud y los agentes sanitarios de salud fueron los que se organizaron y tomaron medidas para proteger sus comunidades.
“Ha sido una maratón de emociones, contrapuntos, aprendizajes muy intensos”, marcó Ramón Martínez Coria, destacando el papel de los participantes en el diplomado y la relevancia que tiene estar consciente y exigir los derechos que cruzan este campo de reflexión sobre la medicina tradicional. Elisa Cruz comentó la importancia de soñar y nos motivó a todos y todas a dar un paso más delante de lo que se quiere lograr, mencionó que en ocasiones las comunidades por estar exigiendo y por estar peleando ser tomadas en cuenta, descuidan pensar concretamente y plasmar los detalles de cómo quieren hacer y que se hagan las cosas, como sucede en las consultas, como en Yucatán, donde el Gobierno Federal fue a una comunidad que exigía consulta pública para no usar la soya transgénica, y al momento de preguntar cómo querían las cosas no hubo una respuesta. Alentó a lograr entre todos que las leyes se cumplan y hacer que las instituciones funcionen y que los funcionarios hagan su trabajo a través de la exigencia y claridad de lo que se quiere.
Categorías: MTHNomex

Jesús Armando Haro

Jesús Armando Haro

Programa de desarrollo e investigación en fitoterapia y medicina tradicional en el noroeste de México.

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Notas del Foro Medicina Tradicional y salud intercultural en México y América Latina. Potencialidades y retos para el siglo XXI. 17 y 18 de noviembre, 2023. Este foro se llevó a cabo desde Hermosillo, Sonora, los días 17 y 18 de noviembre, 2023, con financiamiento del evento anual del Centro de Estudios y Salud y Sociedad del COLSON, organizado como culminación de los trabajos del Diplomado en Etnobotánica y Salud Intercultural recién culminado, con la presencia de los egresados y de público en general, con 130 participantes en total, incluyendo quienes se vincularon de forma virtual. Desde su convocatoria, se propuso como la apertura de un espacio de análisis y seguimiento en torno a la práctica actual de la medicina tradicional y la herbolaria, con conferencias idóneas y presentación de experiencias nacionales e internacionales, contando con muy valiosas participaciones, posicionando diversos temas relacionados, incluyendo los problemas asociados a la práctica de la herbolaria y la medicina tradicional, así como limitaciones y logros en la implementación de políticas interculturales en salud. Estos elementos se destacaron en la bienvenida, a cargo del rector de El Colegio de Sonora, José Luis Moreno y de Armando Haro, profesor-investigador coordinador del proyecto MTHNOmex en la misma institución. La conferencia inaugural, a cargo del Dr. Carlos Viesca Treviño, del Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina en la UNAM, destacó el potencial desaprovechado de la herbolaria mexicana, dando cuenta de notables iniciativas desarrolladas desde tiempos precoloniales, recogidas por diferentes cronistas europeos y mexicanos, con una farmacopea de no menos de 200 plantas medicinales reportadas en recetarios locales, como los de Martin de la Cruz o el de los médicos informantes de Bernardino de Sahagún. Sin embargo, la farmacopea indígena en el siglo XVI se elevaba a poco más de 3,000 plantas medicinales y hasta 4,000 si se integran alimenticias y ornamentales, como se denotaba en los jardines botánicos prehispánicos, muy desarrollados. Mencionó aportes posteriores de exploradores botánicos, médicos clínicos, fisiólogos y fitoquímicos, involucrados en la investigación de plantas medicinales en diversos nichos históricos, destacando hitos internacionales y nacionales, como el Instituto Médico Nacional, que funcionó a fines del siglo XIX y comienzos del XX, cuando pasó esta tarea a diversas universidades. Los esfuerzos efectuados durante el gobierno de Luis Echeverría fueron glosados especialmente en la historia del efímero IMEPLAN y su sucesor, la unidad de investigación del IMSS en Xochitepec, Morelos, que incluyó la organización de un importante herbario medicinal nacional, actualmente situado en el Centro Médico Nacional del IMSS en CDMX. El interés por usar las plantas en atención primaria a la salud fue glosado en su conferencia, donde también se señalaron las amenazas percibidas de parte de la IFQ. Señaló asimismo el abandono en que ha trabajado la subdirección de medicina tradicional y salud intercultural creada en 2003 en la SSa. El Panel Experiencias latinoamericanas de interculturalidad en salud fue coordinado por Alfredo Paulo Maya, de la Facultad de Medicina de la UNAM, quien abrió la presentación disertando sobre las manipulaciones que ha tenido en América Latina el concepto de interculturalidad, usado para ocultar la falta de acceso a servicios médicos y el escaso financiamiento asignado a la salud, especialmente preventiva, pues persiste, pese a los esfuerzos legislativos por cambiar las cosas, una visión centralista y medicalizada, que no admite otras formas de conocimiento en materia médica. Susana Ramírez Hita expuso elementos diagnósticos sobre la implementación de directivas interculturales en Bolivia, donde vivió varios años y publicó varios textos sobre la situación, así como en Perú, donde reside desde hace 10 años, dando cuenta de las contradicciones que presentan las iniciativas interculturales en sitios como la Amazonía, donde el expolio ecológico y la contaminación merman las posibilidades de acceder a una vida digna y saludable. A pesar de significativos avances en ambos países, como el reconocimiento de la medicina tradicional, en la práctica su incorporación se traduce a su subordinación para una mejor aceptación de la biomedicina, donde se emplea como un pretexto para lograr metas del sistema de salud de una forma coercitiva, como es condicionar servicios y beneficios. Para ella, la interculturalidad, al igual que el concepto de desarrollo, deberían abandonarse para dar paso a nuevos conceptos. Por ejemplo, “negociación” en vez de “diálogo de saberes”, aceptando que existen diferencias significativas entre las medicinas tradicionales y la medicina oficial. Hay que reconocer que las empresas que están acabando con los territorios son las mismas que impulsan la agricultura y la alimentación industrializadas. Jaime Ibacache Burgos, de ALAMES Chile y la Red Salud Colectiva del Archipiélago de Chiloe, nos presentó su visión, que nombró “navegando el sentido común”. incluyendo su experiencia en el Hospital Traiguen de la Araucanía, donde había fuerte presencia de la medicina mapuche, haciendo intentos de integración en la década de 1980. En 1999, el hospital Makewe abrió sus puertas, administrado desde entonces por mapuches, en coincidencia con iniciativas impulsadas desde el Ministerio de Salud de Chile, aunque de forma independiente. Señaló cómo el neoliberalismo impuso un tipo de atención primaria a la salud medicalizada y bioquimizada, preocupada por la producción y el consumo de fármacos y servicios de salud rentables, lo cual afecta a los modelos interculturales implementados, pues la deforestación y contaminación hacen muy difícil continuar con las prácticas tradicionales, medicinales y alimentarias, con incremento de la pobreza y la dependencia del mercado. Ya casi no quedan árboles nativos en los Grandes Lagos ni en las 52 islas de Chiloé, donde tampoco existen buenos servicios de la medicina alopática. Existen diversos esfuerzos de recuperación de los saberes tradicionales que testimonian que hay esperanza en cambiar esta situación mediante un diálogo intercultural muy necesario. Dado que nuestra invitada de Venezuela, Noly Coromoto Fernández, de la Universidad de Ciencias de la Salud HCF Nucleo Zulia, no pudo unirse a este diálogo, Alfredo Paulo presentó distintas experiencias latinoamericanas que ha visitado en el sur del continente, destacando avances en la implementación de la interculturalidad en salud, pero también los usos tramposos, con muy variadas formas que ha encontrado en lo que significa y como se aplica. Basta elaborar un discurso disfrazado de intercultural para conseguir dinero u obtener becas académicas, pero también forma parte de las resistencias de los pueblos. Las políticas implementadas ocultan el extractivismo del territorio a los pueblos indígenas. Y el despojar del territorio que pone en juego la vida. Prueba de ello es que se sigue pensando en la medicina tradicional solamente en términos de registro etnobotánico, principios activos o de jardines etnobiológicos, esterilizando lo relativo al territorio de sus connotaciones políticas y soslayando las distintas epistemes de la vida comunitaria. En el Panel Incidencia en salud comunitaria desde la interculturalidad, coordinado por el Dr. Pablo Reyes, director del CESS en El Colegio de Sonora (COLSON), tres invitados de distintos niveles de gobierno presentaron planes y programas dirigidos a aplicar perspectivas interculturales en instituciones de salud. El Panel Incidencia en salud comunitaria desde la interculturalidad dio inicio con la participación del Mtro. Edilberto Hernández Cárdenas, médico cirujano originario del pueblo Triqui de Oaxaca. Destaca el compromiso con la salud de los pueblos originarios, los derechos humanos y la justicia social. Su experiencia laboral ha sido con población indígena migrante en el primer nivel de atención, población indígena proveniente de los diferentes estados del sureste mexicano y de países sudamericanos que buscan cruzar la frontera México-Estados Unidos. En representación de la Coordinación de Acción Comunitaria, abordó el tema de los Servicios de Salud IMSS-Bienestar haciendo referencia al Modelo de Atención a la Salud para el Bienestar (MAS-Bienestar). Un modelo con enfoque comunitario para los tres niveles de atención, que busca garantizar la salud de la población sin seguridad social, como la población originaria de filiación étnica, migrante, vulnerable y habitante de territorios rurales y urbanas. El MAS-Bienestar parte de una experiencia de más de 40 años del Programa IMSS-BIENESTAR, en donde se busca la participación colectiva y comunitaria de los grupos étnicos y el aprovechamiento de los recursos institucionales con los que se cuentan. Considera que para mejorar las condiciones de salud de la población indígena y migrante implica cambiar, innovar y/o fortalecer dichos programas de gobierno, además de que se requiere de servicios de salud culturalmente competentes en sus tres niveles. Así pues, las intervenciones interculturales en salud son elementos claves para mejorar la calidad y la equidad en la atención, en donde también se implementará la estrategia Vigilancia Epidemiológica Simplificada para detonar un diagnóstico propio entre los pueblos originarios de Sonora y del resto del país, actividades que se están organizando junto con las comunidades. Desde la experiencia del sur astral en Chile, el Mtro. Andrés Cuyul Soto actualmente ostenta el cargo de Secretario Regional Ministerial de la Araucanía, centro sur de Chile. Tiene una trayectoria como licenciado en Trabajo Social con énfasis en desarrollo rural, una maestría en Salud Pública por la Universidad de Buenos Aires y es candidato a doctorado en Ciencias en Salud Colectiva por la Universidad Autónoma Metropolitana en México. Es considerado especialista en salud pública indígena, puesto que entre otros encargos ha asesorado al Hospital Mapuche e intercultural de Maquehue, desde una perspectiva autonomista. Reconoce a las diversas comunidades, organizaciones y autoridades tradicionales que han impulsado la Convención Constitucional denominada Reconocimiento de sistemas de salud de los pueblos indígenas y sus sistemas locales de salud autogestionados, en donde solicitan al estado que reconozca la existencia de los sistemas de salud propios de los pueblos originarios que hoy día coexisten en Chile, pues éstos son preexistentes al sistema biomédico oficial. Además de las críticas existentes sobre la burocratización, despojo del territorio y la clinicalización de la salud, en donde los espacios estatales de medicina indígena reformada sólo aceptan una parte de la medicina tradicional, la cual es despojada de la simbolización general de dicha tradición. Impulsando así una relacionalidad con la pertinencia cultural desde relaciones interculturales en salud, sin obviar las relaciones de poder y reconociendo en las comunidades de pueblos originarios existen sistemas médicos que se desarrollan a nivel preventivo, promocional, curativo y de rehabilitación. Ahondó también en las dimensiones estratégicas gubernamentales del 2022–2026 que se tratan de implementar y transversalizarse, a saber: cercanía a los territorios, articulación intersectorial, pertinencia sociocultural, enfoque de equidad territorial, gestión participativa y gobernanza en salud. Finalmente, el Dr. Jorge Laureano Eugenio como representante de la Secretaría de Salud en el estado de Sonora, en su calidad de Director de Promoción de la Salud y Prevención de Enfermedades, con una formación en enfermería, especialidades y posgrados vinculados a las ciencias de la salud y administración y políticas públicas, así como en promoción de la salud. Compartió la mirada actual desde el marco de la transformación del sistema de salud en México y los cambios a la Ley de Salud. Situó su experiencia desde la institucionalidad misma, refiriendo los retos para vincular los saberes populares, la medicina tradicional y los actores locales y sus territorios, en enlace con el modelo de salud colectiva MAS-Bienestar. En donde se visualizan los aspectos de estructura, atribución y recursos, además de las necesidades de cambio al interior de las instituciones y en colectividad con la población. Reflexionó sobre la inversión pública en atención médica que es alrededor del 75% sobre acciones de promoción y prevención a la salud y sobre la importancia de aprender y dialogar de otra manera en los territorios. Destacando así que el objetivo central del Servicio Nacional de Salud Pública es desarrollar una estrategia de renovación que permita articular de mejor manera las actividades, programas y acciones de respuesta, vigilancia e incidencia en los determinantes sociales de la salud y valorar los activos y saberes del territorio para su gestión. Por lo que invitó a participar en las mesas de trabajo que recién se implementan en los distritos de salud para identificar las brechas de salud colectiva. El programa del viernes terminó con la presentación de un audiovisual por parte de Víctor Eduardo Téllez: Precursores y pioneros en la etnobotánica al noroeste (Sala Lían Karp), la Exposición fotográfica Juya ania (Edith Cota) y una taquiza regional (rajas con crema, carne con chile, deshebrada, nopales, etcétera). Agua fresca de fruta (guayaba con piña). El sábado 18 comenzó con la conferencia Legislación y regulación de la herbolaria y la medicina tradicional del Dr. Roberto Campos Navarro (Facultad de Medicina UNAM), reconocido experto en antropología médica, interculturalidad y síndromes de filiación cultural. Comenzó mencionando los fundamentos normativos de nivel internacional y de los tres niveles de gobierno que garantizan el acceso a los servicios médicos como derecho universal, así como los derechos indígenas que justifican el reconocimiento y la práctica de su medicina tradicional, reconocidos en la Constitución y sus leyes derivadas, como la Ley General de Salud (Artículos 6, 93) e incluso en la Ley de Derechos Indígenas vigente en Sonora (2010), incorporando lo que describe el Artículo 25 del Convenio 169 de la OIT. A pesar de estos avances, comentó que persisten numerosas ambigüedades e indefiniciones en la implementación de las políticas de salud, como es el caso del trato a las parteras tradicionales, quienes tienen prohibido atender partos y han sido usadas para control prenatal y planificación familiar. Señala también las enormes limitaciones en la regulación de las plantas medicinales, tanto desde el punto de vista forestal y ecológico hasta el fitofarmacológico, como lo denota la 3era. Edición de la Farmacopea Herbolaria de los EUM (FEUM 2021), que incluye muy escasas especies, la mayoría de las cuales son de origen foráneo. En la confección de la NOM248SSAI-2011, relativa a las plantas medicinales, no se incluyó ningún médico tradicional, y, como se señaló desde el público, hay varias plantas que se encuentran en peligro de extinción por la falta de regulación. Señaló que, aunque en el gobierno de la 4T se están impulsando proyectos de investigación en medicina tradicional, fitoterapia y partería, así como jardines etnobiológicos, desde CONAHCyT, no se conoce todavía cual va a ser la política concreta ni las estrategias que se van a propiciar desde las instancias responsables, como el IMSS-Bienestar y el INPI, aun cuando distintas dependencias gubernamentales, universidades e instancias sociales, incluyen entre sus programas distintas iniciativas concurrentes. Dentro del espacio de preguntas y respuestas Simona Aldama partera y sobadora de la etnia yoreme, aseveró que desde su experiencia mientras se continúe excluyendo a los médicos tradicionales quienes son los responsables de mantener, preservar y cuidar la medicina tradicional y la salud comunitaria en las comunidades de las mesas de trabajo a las que está convocando la Secretaría de Salud de Sonora, y solo consulten a líderes comunitarios y presidentes municipales que hasta el momento solo ha contado con presencia de presidentes municipales y líderes comunitarios, difícilmente se podrá avanzar, “ningún programa ni ninguna institución mientras nosotros no seamos quienes directamente estemos allí.” A su vez en opinión de Teresita Álvarez con experiencia en el sector salud, durante la implementación del programa IMSS-Coplamar en la década de los 80´s, expone que se están repitiendo los mismos patrones, involucrando a personas (políticos partidistas) que no comprenden la situación de las comunidades y se está dejando de interactuar con los compañeros indígenas médicos, parteras, enfermeras, a quienes están marginando. Tuvimos la oportunidad de admirar el video “Herbolaria y medicina tradicional mexicana” (1977), con comentarios de Scott Robinson, autor de este, por encargo del IMPEPLAN, donde participan como actores Xavier Lozoya, Carlos Zolla, Arturo Enríquez, Miguel Ángel Martínez, Abigail Aguilar y el mismo Dr. Viesca. La premisa del documental buscaba hacer visible el potencial del estudio e investigación de las propiedades curativas de las plantas medicinales en el contexto moderno mexicano, con una base científica y social aplicada al campo de la salud desde la perspectiva de la medicina tradicional herbolaria, destacó Robinson Sakara. En la actualidad sigue habiendo una gran imprecisión y ambigüedad respecto a estas problemáticas, inclusive con la voluntad de avanzar hacia este camino, no es una voluntad realmente fuerte desde estos sectores señalados. Para el Dr. Roberto Campos este sería uno de los grandes aportes en este diplomado: mediante el posicionamiento de experiencias que hasta entonces se desconocían, el reconocimiento de la dimensión jurídica y legal de los derechos de los pueblos indígenas originarios. Lo que sugiere: se trata de tomar posición de los derechos y del empoderamiento de la medicina tradicional herbolaria. El testimonio de Scott Robinson Sakara, evidenció la complejidad del contexto político mexicano en la que se fundan las bases de este campo de estudios e investigación, enfatizando en tres puntos conflictivos claves en la transición hacia su reconocimiento como práctica válida dentro del campo de la salud a partir de la segunda mitad de la década de los setentas. Desde ahí, entender el tema de la práctica en la medicina tradicional herbolaria como un campo de estudios e investigación, resultado de una serie de procesos históricos coyunturales claves del proceso evolutivo del ámbito de la salud en México, que visibiliza su configuración como un espacio de tensiones inmerso en una serie de pugnas, confrontaciones, disputas y luchas de poder, así como de resistencias por su control. Finalmente, señalar que se trata de una producción documental de 17 minutos de duración, realizada por encargo del Presidente de México Luis Echeverría Álvarez, al Dr. Javier Lozoya, director y fundador del IMEPLAM (Instituto Mexicano para el Estudio de las Plantas Medicinales, 1977). Coyuntura inédita que se presenta como un proyecto innovador que allana e instala las bases del camino para ir en esta dirección, exponía el Dr. Carlos Viesca. En la Mesa redonda Experiencias de desarrollo de la medicina tradicional en México se tuvo la participación de tres referentes de aprendizaje e incidencia local en diversas comunidades en el estado de Morelos; en el Totonacapan, Veracruz; y con colectividades de matiz étnico y popular en el estado de Oaxaca. El Dr. Paul Hersch, médico y antropólogo, quien coordina el área de Antropología médica y Etnobotánica en el centro regional Morelos del Instituto Nacional de Antropología e Historia y curador del Museo de Medicina Tradicional y Herbolaria, compartió su experiencia de más de treinta años en la implementación de su Programa Actores Sociales de la Flora Medicinal en México, refirió que la figura de las plantas medicinales va más allá de ser organismos vivos, pues son marcadores socioculturales que remiten a diversas realidades, como son las estrategias de sobrevivencia de las poblaciones, la respuesta sociocultural ante la salud y enfermedad, a su dimensión económica, potencial terapéutico y a una variedad de actores y escenarios sociales, que se enmarcan en la gran diversidad biocultural del país. El Programa ASFM se ha focalizado en estudiar y desarrollar, de forma participativa y en comunidades rurales, temas como la medicina doméstica y la autoatención, por parte de mujeres o gestoras domésticas; la práctica de curanderos y parteras, recolectores y acopiadores locales y regionales. Los usos de la herbolaria y fitoterapia por parte de médicos, farmacéuticos e investigadores, incluyendo los reguladores sanitarios, con énfasis en los productos herbolarios. Acotó que las experiencias aplicativas significativas son las que proceden de la práctica social, en el caso de ASFM, en Copalillo, Temalac y Acatlán en Guerrero, Ixhuatlán del Café y Medellín en Veracruz, Tepextla en Oaxaca; Chimalacatlán, Cuentepec, Chiamilpa, Unidad Morelos y otras en Morelos. En la segunda participación, Carolina Sánchez, directora del Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad (PUIC), adscrito a la Universidad Nacional Autónoma de México y Roberto Campos Navarro, médico familiar y antropólogo, ahondaron sobre la experiencia colectiva en la coordinación e implementación del primer Diplomado sobre Medicina Tradicional, en la Escuela de Medicina Tradicional Totonaca: Pukgaltawakga Likuchu, por solicitud de la propia comunidad totonaca de Papantla, en Veracruz, como resultado de una reflexión colectiva interna en el Totonacapan para recuperar sus tradiciones, entre ellas las referentes a su medicina tradicional, que incluye conocimientos de parteras, yerberos, rezanderos, temazcaleros y sobadores, entre otros, así como de los abuelos del Kantiyán -figura más sabia de la cultura Totonaca-, cuyo eje de curación se relaciona directamente con la representación de la vida en el plano simbólico a través de los cuatro elementos. Compartieron algunos elementos de la recuperación y sistematización de saberes y conocimientos, así como la currícula y la práctica docente, diseñada, en su mayoría, por terapeutas totonacas, en el Parque-Escuela de la medicina tradicional del Centro de las Artes Indígenas, en vinculación con otros centros académicos como la Universidad Veracruzana. Llama la atención la incorporación de técnicas de sanación procedentes de otras tradiciones médicas, a petición de los médicos tradicionales. Finalmente, la Dra. Silvia Díez-Urdanivia como investigadora en Ciencias Médicas, del Departamento de Estudios Experimentales y Rurales, de la Dirección de Nutrición, en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, Ciudad de México, compartió la experiencia que se ha implementado desde el Centro de Capacitación Integral para Promotores Comunitarios (CECIPROC), a la memoria del Dr. Alberto Ysunza Ogazón. El Programa ha tenido como objetivo crear un modelo de capacitación en investigación-acción-participativa para promotores comunitarios indígenas, mestizos y afromexicanos en Oaxaca, reconociendo su diversidad ecológica y cultural, pues es el estado que cuenta con el 50% de la diversidad florística del país, además del 34% de la representación de los grupos étnicos de México, es decir, 18 de las 62 etnias habitan ahí. Las áreas de trabajo que se han desarrollado y potenciado son: salud comunitaria, nutrición, ecología, etnobotánica, educación y organización comunitaria y proyectos de desarrollo comunitario en más de treinta años de experiencia. Asimismo, se tiene el registro de más de 430 plantas medicinales, que pertenecen a 84 familias y 235 especies; 200 registro de plantas comestibles, contenidos en 34 familias, 70 especias. Lo que sin duda refleja el enfoque transdisciplinar y transversal que ha trascendido paradigmas. En el Panel Rumbos y porvenir de la medicina tradicional en nuestras comunidades, coordinado por Elisa Cruz Rueda (UNACH) y Ramón Martínez Coria (Foro para el Desarrollo Sustentable). El Proyecto MTHNomex, Jesús Armando Haro, Rosangela Rojas y Ana Luz Rascón presentaron avances del proyecto, incluyendo la colaboración con FEUM-COFEPRIS para la herbolaria yaqui y lo logrado con el primer diplomado, señalando que parte de esta experiencia derivó en varias propuestas para 2024 y en un esbozo de Lineamientos para el abordaje de trabajos de investigación en etnobotánica y desarrollo de la medicina tradicional, que incluye asuntos para los cuales diseñamos este foro. Varios participantes alumnos de nuestro diplomado tomaron la palabra en esta sección. Bertha Alicia Quintero Brasil, de la nación yoreme-mayo, a nombre de los alumnos de los cuatro pueblos originarios participantes en el diplomado, dio lectura a un pronunciamiento donde se menciona la importancia que tiene el respeto a la medicina tradicional y a los derechos indígenas. Declaró que hay que poner fin a las divisiones y fragmentaciones, entre pueblos y entre formas distintas de conocimiento. Es importante avanzar del reconocimiento folklórico de lo indígena a la participación honesta y efectiva de los médicos tradicionales en el diseño de los modelos o sistemas de salud, aceptando las formas indígenas de curar como derechos y también como recursos valiosos para la salud, que requieren de apoyo y desarrollo, incluyendo la capacitación y la investigación, pues “queremos seguir compartiendo y aprendiendo”. Así lo refrendó Tomasa Amarillas, curandera y profesora de la tribu yaqui, quien refirió como las curaciones implican un aspecto espiritual que está presente en un don que se recibe y que se puede percibir en otros que lo poseen, aludiendo quizás a una curación simbólica para el empacho realizada un día antes por el doctor Roberto Campos en nuestro diplomado. Simona Aldama, yoreme-mayo de la comunidad de Buaysiacobe propuso integrar al pronunciamiento señalado a los hermanos migrantes de otros pueblos originarios, que se suman a las ocho tribus del estado, pues refirió que también han batallado como ellas(os), que son uno, y que todas(os) están en la misma lucha. Bibiana Ramírez Martínez versó su palabra acerca de las similitudes de la medicina del pueblo triqui, al que pertenece. Ella vive en Miguel Alemán, cerca de Hermosillo, Sonora, donde existe un importante colectivo de migrantes indígenas y mestizos que laboran en los campos agrícolas de la Costa. Maximiana Buitimea, guarijía, residente en la comunidad de Los Estrados, señala que el aprendizaje permite ganar conocimientos para defender los derechos y mejorar el modo de andar por la vida, pues se batalla mucho en las comunidades. Finalmente, Elisa Cruz Rueda y Ramón Martínez Coria desde sus aportes continuados desde el último curso del Diplomado sobre la situación de los derechos humanos y sus múltiples dimensiones, así como los instrumentos jurídicos para la defensa de los mismos, impulsaron una reflexión colectiva sobre el hacer valer los elementos signados por el país en tratados, convenios y distintas normativas que aplican para los pueblos originarios, vinculados con sus territorios y medicina tradicional, principalmente. Siendo una parte fundamental el erradicar las desigualdades estructurales. En el Panel Incidencia en salud comunitaria. Retos del porvenir en México y América Latina, David Werner, fundador de HealthWrights, nos ofreció una conferencia autobiográfica acerca de cómo comenzó a interesarse en la salud rural comunitaria, después de estudiar biología en Australia. Durante un viaje a Mazatlán conoció la Sierra Madre, advirtiendo que para la gente todas las plantas tienen propiedades curativas, con claves que una persona perceptiva puede descifrar, como sucede con numerosos remedios vegetales y animales. Las similitudes morfológicas son usadas por los campesinos con fines curativos, a la vez que distintas maniobras que también emplean en muy distintas condiciones. A la víbora la consideran un “botiquín rastrero”, debido a su uso como panacea. Describió la génesis del proyecto Piaxtla que dio origen al conocido libro Donde no hay doctor y a otros libros que actualmente se encuentran disponibles de manera gratuita en varios idiomas. Una particularidad de su enfoque es la integración práctica de recursos terapéuticos y preventivos procedentes tanto de la medicina tradicional como de la biomedicina, así como su enfoque colectivo, en lenguaje sencillo y con numerosas ilustraciones, con una perspectiva basada en el empoderamiento, la autogestión y la organización comunitaria. Por este motivo, el libro ha sido proscrito en algunos sitios, aunque ha sido profusamente diseminado y traducido a más de 100 idiomas en el mundo. También contamos con la participación de Jean Esther Langdon (USC, Brasil), revisó perspectivas actuales de la interculturalidad en salud comunitaria y políticas públicas. Habló sobre su experiencia en Brasil y que ha dejado de ser bandera la interculturalidad para poner énfasis en la atención diferenciada, ya que los indígenas brasileños asumen la salud biomédica como un derecho, hagan uso o no de los medicamentos, como es el caso de las personas que participan en un programa de diabetes. En aquel país la situación es bastante complicada por dos razones: la relación con el territorio, la mayor parte de los indígenas brasileños, no tienen territorio ni métodos de subsistencia; aunque por otro lado los indígenas están participando bastante, como lo fue en el caso de COVID que fue muy interesante en Mato Grosso Sur, que era un estado en que fue negado totalmente, los servicios fueron destruidos por Bolsonaro y los indígenas, sobre todo, los consejeros de salud y los agentes indígenas de salud y los agentes sanitarios de salud fueron los que se organizaron y tomaron medidas para proteger sus comunidades. “Ha sido una maratón de emociones, contrapuntos, aprendizajes muy intensos”, marcó Ramón Martínez Coria, destacando el papel de los participantes en el diplomado y la relevancia que tiene estar consciente y exigir los derechos que cruzan este campo de reflexión sobre la medicina tradicional. Elisa Cruz comentó la importancia de soñar y nos motivó a todos y todas a dar un paso más delante de lo que se quiere lograr, mencionó que en ocasiones las comunidades por estar exigiendo y por estar peleando ser tomadas en cuenta, descuidan pensar concretamente y plasmar los detalles de cómo quieren hacer y que se hagan las cosas, como sucede en las consultas, como en Yucatán, donde el Gobierno Federal fue a una comunidad que exigía consulta pública para no usar la soya transgénica, y al momento de preguntar cómo querían las cosas no hubo una respuesta. Alentó a lograr entre todos que las leyes se cumplan y hacer que las instituciones funcionen y que los funcionarios hagan su trabajo a través de la exigencia y claridad de lo que se quiere.